Prevención

 ¿ Necesito tener algún síntoma, desequilibrio o enfermedad para empezar a mejorar mi alimentación y con ello mi salud?

Realmente, está pregunta ni tendríamos que plantearnos. Porque ante todo, para tener una calidad óptima de salud y vida, la base está en una buena prevención.

En nuestra sociedad, cada vez se está promoviendo más el tema de la prevención de salud,pero NO es suficiente. Tiene que ser el foco principal para evitar muchas enfermedades y evitar así la polimedicación.

 ¿Cómo ponerlo en práctica?

La prevención tiene que empezar desde casa, con una buena alimentación y ejercicio físico. Educando a nuestros hijos y a la familia.

Hacer hincapié, que alimentos están distribuidos en tus comidas y como lo escoges cuando vas a hacer la compra, sería buen inicio.

Por ejemplo leyendo este apartado, puedes hacer un rápido chequeo mental a tu despensa y con ello observar si los alimentos que entran a tu casa acompañan a tu bienestar y salud. 

Por ello la importancia de una buena elección de alimentos, evitando alimentos que no nos beneficien (ultra procesados, pan industrial, muchos productos congelados…) y fomentar alimentos de proximidad y frescos, aportando calidad a nuestro cuerpo, lo agradecerá y lo agradecerás.   

A la misma vez, no olvidando la importancia del movimiento del cuerpo, al menos 30 minutos al día, ayudando a la maduración del sistema nervioso y locomotor, aparte de otros muchos beneficios que nos ofrece el ejercicio físico. 

Prestando atención en las estaciones del año: Invierno, primavera, verano y otoño. Podemos ponerlo en práctica en nuestro día a día. Por ejemplo, en cada una de ellas, priorizando diferentes tipos de alimentos, acompañado de diferentes tipos de cocción y elaboración. 

Por mi experiencia laboral, visitando diferentes pacientes, ha sido y es fundamental tener este apartado muy presente y hacer de ello un estilo de vida, ya que lo que tienes en la despensa y en tu nevera será lo que te definirá. Además de aprovechar cada estación del año y sus beneficios, nuestro cuerpo pide unas necesidades nutricionales y alimentarias diferentes y hay que saber escucharlas. En eso se basa la prevención.